China internacionaliza el sabor del picante mexicano
Ya pasaron aquellos tiempos cuando el chile era el símbolo de la
identidad popular mexicana y para paladear una excelente salsa
picante era necesario pueblear por el interior de la república en
busca de una fonda a la orilla de la carretera donde los sabores
de los platillos típicos se engrandecían por la virtud de los chiles
recién cosechados.
Todo es historia y si usted ha notado últimamente que las salsas
y platillos típicos ya no pican como antes, es porque poco más
del 50 por ciento de los chiles que se consumen en México,
provienen de China, donde los cultivos son sometidos a
procesos biotecnológicos de secado que, aunque incrementan la
vida útil del producto para exportación y abaratan su costo; le
hacen perder ese sabor característico que debe impregnar a la
comida mexicana.
Los productores mexicanos de chile reconocen que sus
homólogos chinos han logrado posicionarse con éxito en los
mercados globales y han invadido el mundo con sus productos
debido a que son relativamente más baratos que los mexicanos.
No obstante, argumentan que el sabor menos intenso de los
chiles chinos hace de estos una caricatura de lo picante.
Por eso, los productores mexicanos pugnan porque su producto
recupere los espacios que le corresponden, aprovechando la
curiosa ironía de que los chiles chinos permitieron la
internacionalización del sabor picante, en tanto que de acuerdo
con cifras del Consejo Nacional de Productores de Chile- el
consumo mundial de esta especia, en la última década, creció 21
por ciento.
La batalla por el mercado dicen agricultores- debe empezar en
el propio territorio nacional, pues a pesar de que las variedades
de chile disponibles México rebasan la centena, el consumo se
limita a las más conocidas, entre las que están el ancho, el
guajillo, el pasilla, el puya seco, de árbol seco, el habanero y el
serrano.
Los hombres de campo dedicados al cultivo de chiles consideran
que la invasión del producto chino dentro del país ha sido un gran
golpe para el sector, pues tradicionalmente ha sido una de las
plantaciones de mayor importancia económica, además de que
se da fácilmente a lo largo y ancho del territorio nacional. No
obstante, dado el potencial que tiene el mercado de chiles,
dentro y fuera de México, algunas organizaciones campesinas y
agroempresariales trabajan conjuntamente para desarrollar
estrategias que les permitan competir ventajosamente con el
producto proveniente de China.
Más allá del empacado de chiles secos, que ha sido el éxito de
los cultivos chinos en el mundo, los productores mexicanos están
dispuestos a incursionar en procesos agroindustriales que
posibiliten el incremento de la exportación de chiles, al tiempo
que buscan que los comerciantes del país ofrezcan a los
consumidores variedades poco conocidas del producto, así
como las diversas formas de prepararlos e integrarlos a la mesa
de las familias mexicanas.
Los productores mexicanos afirman que el sabor de los chiles
frescos es insustituible para la elaboración de la comida
tradicional y es muy fácil tenerlos al alcance de los consumidores,
sobre todo en las grandes ciudades, porque se producen
prácticamente en todo el país.
Además de ser el complemento ideal para un sinnúmero de
platillos, los chiles son ricos en vitaminas y nutrientes, aparte de
que no contienen grasas ni azúcares, lo que los hace un alimento
óptimo para quienes cuidan de su salud.
Ya pasaron aquellos tiempos cuando el chile era el símbolo de la
identidad popular mexicana y para paladear una excelente salsa
picante era necesario pueblear por el interior de la república en
busca de una fonda a la orilla de la carretera donde los sabores
de los platillos típicos se engrandecían por la virtud de los chiles
recién cosechados.
Todo es historia y si usted ha notado últimamente que las salsas
y platillos típicos ya no pican como antes, es porque poco más
del 50 por ciento de los chiles que se consumen en México,
provienen de China, donde los cultivos son sometidos a
procesos biotecnológicos de secado que, aunque incrementan la
vida útil del producto para exportación y abaratan su costo; le
hacen perder ese sabor característico que debe impregnar a la
comida mexicana.
Los productores mexicanos de chile reconocen que sus
homólogos chinos han logrado posicionarse con éxito en los
mercados globales y han invadido el mundo con sus productos
debido a que son relativamente más baratos que los mexicanos.
No obstante, argumentan que el sabor menos intenso de los
chiles chinos hace de estos una caricatura de lo picante.
Por eso, los productores mexicanos pugnan porque su producto
recupere los espacios que le corresponden, aprovechando la
curiosa ironía de que los chiles chinos permitieron la
internacionalización del sabor picante, en tanto que de acuerdo
con cifras del Consejo Nacional de Productores de Chile- el
consumo mundial de esta especia, en la última década, creció 21
por ciento.
La batalla por el mercado dicen agricultores- debe empezar en
el propio territorio nacional, pues a pesar de que las variedades
de chile disponibles México rebasan la centena, el consumo se
limita a las más conocidas, entre las que están el ancho, el
guajillo, el pasilla, el puya seco, de árbol seco, el habanero y el
serrano.
Los hombres de campo dedicados al cultivo de chiles consideran
que la invasión del producto chino dentro del país ha sido un gran
golpe para el sector, pues tradicionalmente ha sido una de las
plantaciones de mayor importancia económica, además de que
se da fácilmente a lo largo y ancho del territorio nacional. No
obstante, dado el potencial que tiene el mercado de chiles,
dentro y fuera de México, algunas organizaciones campesinas y
agroempresariales trabajan conjuntamente para desarrollar
estrategias que les permitan competir ventajosamente con el
producto proveniente de China.
Más allá del empacado de chiles secos, que ha sido el éxito de
los cultivos chinos en el mundo, los productores mexicanos están
dispuestos a incursionar en procesos agroindustriales que
posibiliten el incremento de la exportación de chiles, al tiempo
que buscan que los comerciantes del país ofrezcan a los
consumidores variedades poco conocidas del producto, así
como las diversas formas de prepararlos e integrarlos a la mesa
de las familias mexicanas.
Los productores mexicanos afirman que el sabor de los chiles
frescos es insustituible para la elaboración de la comida
tradicional y es muy fácil tenerlos al alcance de los consumidores,
sobre todo en las grandes ciudades, porque se producen
prácticamente en todo el país.
Además de ser el complemento ideal para un sinnúmero de
platillos, los chiles son ricos en vitaminas y nutrientes, aparte de
que no contienen grasas ni azúcares, lo que los hace un alimento
óptimo para quienes cuidan de su salud.
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